Nereida Castro, compañera de Charter 100 Gran Canaria, trabaja en Unicef y ha ocupado cargos de responsabilidad en esta organización internacional.

«Empecé como voluntaria en el comité de Unicef en Las Palmas en 1996 con la misión de trabajar en recaudación de fondos», nos cuenta. «En aquellos años la aportación se hacía a través de la venta de productos y tarjetas». Pronto comenzó a coordinar a los voluntarios que se encargaban de ayudar en los diferentes puestos en los que se vendían estos productos.

Lo que la motivó para estar en Unicef fue ayudar a mejorar la situación de niños y niñas en cualquier parte del mundo. Esta motivación la mantiene a día de hoy y es el principal motor de toda la actividad voluntaria que realiza con la asociación internacional.

Unicef trabaja con niños necesitados de todo el mundo.

Foto: Unicef.es

En 1996 fue nombrada presidenta del Comité de Unicef en Las Palmas. El trabajo se centraba en la recaudación de fondos, sensibilizar a la sociedad y buscar la forma de involucrar a la administración pública. Cada acción venía motivada por las necesidades de los niños y niñas del mundo. Además, a la hora de trabajar la sensibilidad de la población, buscaban la forma de que los niños de Canarias también tuviesen sus derechos siempre respetados.

«En Unicef hay algo muy importante: siempre se trabaja bajo el paraguas de la Convención de los Derechos de los Niños y las Niñas», afirma Nereida Castro. La convención cumple este año su 30 aniversario, efeméride que será celebrada con un amplio programa de actividades.

En 2005, Nereida Castro fue nombrada presidenta del Comité Autonómico de Canarias, como continuación del trabajo desarrollado en el comité provincial de Las Palmas. «Las tareas eran similares, porque el trabajo de cada provincia y región seguía las pautas marcadas a nivel nacional», comenta. En aquellos años, uno de los grandes logros consistió en acordar con administraciones públicas acuerdos de colaboración para poder trabajar, por ejemplo, con la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, “importantísima para nosotros” y así difundir el trabajo realizado en favor de los derechos de la infancia.

En 2016 pasó a ser miembro de la Junta y dejó las competencias de dirección a otros compañeros. La delegación de Unicef en Canarias continúa trabajando los programas de educación para el desarrollo y abogando por políticas que ayuden a la infancia.

«Trabajamos para cada niño», afirma Castro. «Que ninguno se vea privado de sus derechos básicos, como el agua, la comida, la escuela, la sanidad y el derecho a jugar. Trabajamos para que los niños sean solo niños».

En el trabajo con las comunidades indígenas de países en vías en desarrollo es fundamental para el desarrollo de programas como el que combate la mortalidad infantil y la materna, lo que supone una gran ayuda para mejorar la salud de la comunidad. Además, el trabajo se hace con todos los miembros de estas comunidades, cuidando la crianza en la primera infancia, haciendo visitas domiciliarias e incidir en la educación in situ.

«Es importante desarrollar trabajo con los equipos de gobierno para darle continuidad a los proyectos». La estrategia consiste en cambiar la vida de los niños a través de todos esos programas. Desde el Comité Español «trabajamos para involucrar a todos los aliados y promover cambios sociales que sean reales». En 2018, por ejemplo, se desarrolló el programa contra la desnutrición grave, en el que fueron tratados más de cuatro millones de niños y niñas.

Viajes: Perú

Nereida Castro, compañera de Charter 100 Gran Canaria, trabaja en Unicef y ha ocupado cargos de responsabilidad en esta organización internacional.

Foto: Unicef.es

Tuvimos la oportunidad de trabajar en Perú, en 2001, en el norte, Cajamarca, donde aplicamos proyectos de educación y sanidad. Me sorprendió ver la importancia que Unicef le daba a la mujer, conductora de todos los avances que se podían hacer en las comunidades indígenas. El compromiso de las mujeres era total. Algunas tenían que caminar hasta más de medio día para llegar a una reunión.

Una tarea fundamental en zonas como esta es la de intentar garantizar a las mujeres unas condiciones adecuadas para el momento del parto. Trabajé en un programa siempre respetando la cultura y el desarrollo de las comunidades. Trabajábamos con un agente de la comunidad que intermediaba y daban charlas con los integrantes de los poblados.

También se ejecutó en 2001 un proyecto para dar microcréditos a las mujeres y así ayudar a las familias a salir adelante. Ya en esos años, el papel de las mujeres era relevante en la sociedad. Y trabajar con ellas era ganar puntos a favor de un mejor resultado de las actuaciones realizadas.

Marruecos por la educación

Mi segundo viaje fue a Marruecos, al Bajo Atlas, donde se desarrollaba un programa de educación. En las escuelas había muchas niñas y con ilusión por desarrollar profesiones como médicos, maestras, abogados. También se facilitaban microcréditos para garantizar que en las tierras había suficiente cantidad de yodo, que incluso se aportaba en la alimentación para evitar las múltiples discapacidades con las que nacían muchos niños.

La mujer ha sido la que, en muchas comunidades, ha impulsado el desarrollo de las mismas y ha mantenido la estructura de las comunidades.

República Dominicana

Mi tercer viaje fue a República Dominicana, en 2011, para ver un proyecto sobre hoteles amigos de la infancia y cómo se trabajaba la protección, educación y sanidad del país con los más pequeños. Trabajamos de la mano con el gobierno del país. Y en los hospitales del país se pudo observar cómo se llevaba a cabo la inscripción de los bebés, e incluso de muchas madres que tampoco habían sido inscritas.

En este momento estamos trabajando en Unicef España sobre ese informe de infancia que dimos a conocer en 2018 sobre pobreza infantil. Debemos incidir en la importancia de la educación de 0 a 3 años, momento en el que la conciliación de los padres con la vida familiar es fundamental. Si no damos la oportunidad a las mujeres de disponer de una guardería para ir a trabajar, es imposible lograr mejoras.

Hay promesas por parte de los gobiernos autonómicos y centrales de que se va a aprobar esa educación de 0 a 3 años, lo que sería sin duda un gran logro para la sociedad.

Sigo con este compromiso de trabajo por los niños del mundo. Han sido experiencias muy bonitas y que seguiré apoyando siempre y dentro de mis capacidades.