La escritora y terapeuta Adela López Bruno ganó el II Concurso de Microrrelatos Charter 100 Gran Canaria, certamen organizado por la asociación de mujeres emprendedoras, profesionales y empresarias de la Isla.
López Bruno, con el seudónimo Isabel Ayala, obtuvo el galardón con su microrrelato ‘San Borondón’, un guiño a la producción literaria de las Islas y a las historias populares que, generación tras generación, han sobrevivido al paso de los años.
El segundo premio fue para Francesca Hernández, que firmó con el seudónimo Eva Luna, con su obra ¡Mararía está viva!, mientras que el tercer premio fue para Ina Molina, que firmó como Paula Reyes, con el microrrelato ‘No sin tacones’.
El jurado estuvo compuesto por Teresa Barreiro Llorente, Francisca Santana Rodríguez, María del Pino Marrero Berbel, José Martín Ramos y Diego Casimiro Cabrera.
La asamblea de la asociación Charter 100 Gran Canaria del mes de octubre acogió la entrega de premios, que estuvo aderezada con la actuación de Ada Santana, violinista violinista y profesora en el Conservatorio Superior de Música. Interpretó los temas «Perfect» de Ed Sheeran y «Woman» de John Lennon en una versión muy particular, femenina y exquisita.
La ganadoras fueron agasajadas, además, con pañuelos de seda decorados para la ocasión por la charteriana Marisol Manrique de Lara.
Textos ganadores
Primer premio: San Borondón
Los lunares son muy femeninos, pensé en cuanto se levantó a saludarnos con el vestido ceñido a un talle perfecto. Y recordé aquella confesión suya que comparto, «siempre que estoy enamorada engordo», de lo cual deduje que no, que no debía estarlo.
Empezó a leer despacio y entonando, mientras con sus manos limpias armaba las dobleces de ‘La Pajarita’, de Antonio Padrón.
Cada participante había elegido una obra par ilustrar su trabajo: ‘Las aguadoras’, ‘Pescadora’, ‘Niños haciendo cometas’, ‘San Borondón’ y otra vez San ‘Borondón’, como si a fuerza de nombrar la isla fuera a dejarse ver.
Segundo premio: ¡Mararía está viva!
Temprano en la mañana el viento la llevaba hasta su destino irremediable, rodaban ilesos varios dientes de león de su inocencia.
Un pañuelo en la cabeza para esconder su rebeldía, salvaje y esquiva.
Mujer isla, brasa encendida, malpaíses surcan su alma tras esos ojos de miel escarchada y verdad de arcilla.
¡El mar no pudo devorar tanta belleza!
La besaba e intentaba apresar sus jóvenes senos de arena bajo su vestido blanco.
Ella solo bebía sorbo a sorbo la luna y luego desaparecía…
Algunos dicen haberla visto al atardecer caminar por la orilla de San Borondón.
Tercer premio: No sin tacones
Saliendo de la zapatería no vio la cáscara de plátano, resbaló y cayó.
Resultado: pie roto y aparatosa escayola en vísperas del ilusionante premio.
Subió al escenario con ayuda de una muleta.
-Cuánto me honra recibir este reconocimiento en el certamen ‘Literatura con tacones’, por ello no podía venir sin ellos, dijo al tiempo que sacaba unos preciosos taconazos de una bolsa.
-Aprovecho para decir que el plátano canario, todo beneficios, solo perjudica la salud cuando algún desaprensivo tira su cáscara al suelo, dijo mostrando la piel amarilla con puntitos negros causante de su desgracia.